A través de distintas facetas, Tamar Berk nos lleva en un recorrido visual por una relación rota. Empezamos viendo a Tamar atrapada, casi inmóvil, con post-its pegados sobre ella con palabras como "Cruel" y "That's not a lie," en un mensaje que hiere y deja marcas. Es una imagen poderosa que representa el peso de las palabras que quedan después de una pelea, haciéndola ver como alguien pasiva, aguantando el dolor en silencio. ¡Pero pronto, todo cambiará!
Pero, a medida que avanza el video del single "That's Not a Lie", vemos un cambio. La Tamar que antes parecía encadenada por las acusaciones ahora se libera, entre líneas como "You said I was cruel / But there’s no evidence of said ridicule" mostrando una versión más bailarina y suelta, que baila con una energía libre. Este contraste muestra su transformación: de soportar el peso de las críticas a reencontrarse consigo misma. Es un final que inspira, donde la danza simboliza la libertad de dejar ir lo que ya no sirve y celebrar el volver a encontrarse con una versión más fuerte y auténtica de sí misma.