Con una voz que parece rasgar el ambiente, Anna ofrece una interpretación auténtica y desnuda que recuerda a artistas como Alanis Morissette y Joan Jett, pero con un enfoque moderno y renovado. LONELY, de Anna Thoresen, es un tema que remite al oyente a la soledad y la fragilidad. Basta con comenzar a escuchar la melodía para sumergirse en una atmósfera de reflexión que resulta personal y al mismo tiempo colectiva.
La canción va subiendo el nivel, poco a poco, como si te llevará a desvelar sus múltiples capas. Todo el ritmo completo, inspirado en los años 80, aporta un toque del pasado, a la par de las guitarras que llevan al equilibrio completo de la obra. Resulta imposible no dejarse llevar por la energía de la pieza, especialmente cuando las emociones llegan a su momento culminante durante los impactantes solos de guitarra. Lo que realmente hace que LONELY brille es su sinceridad. El hecho de que Anna compusiera, grabara y produjera toda la obra desde su habitación en Los Ángeles añade un grado de cercanía que pocos músicos consiguen. Es una expresión abierta sobre la soledad y la fortaleza, y al disfrutarla, es inevitable no ver un reflejo de tus propias vivencias. Un canto para estos tiempos.