El dinamismo y la técnica al ejecutar, nos dejan ver sin duda qué M4TR no da tregua, y desde Washington D.C. nos lo hacen notar.

Los pianos y sintetizadores nos llevan a un viaje lleno de ritmo, muy al estilo R&B. Con una introducción tranquila que de repente se llena de ímpetu y la guitarra arpegiada nos dice de repente: calma. Solo para llegar al coro con intensiones muy tensas gracias a lo que creemos es un cuarteto de cuerdas, o por lo menos es lo que intenta.

No podemos dejar de disfrutar la parte que inicia en el minuto 2:30 donde el rap se apodera de Siren Song y nos vibra hasta el alma explotando en un riff de guitarra que está en su punto, ademas super pegajoso.

Este tema habla precisamente del proceso de escribir canciones que puede llegar a ser tortuoso, que lleva a la estrella principal a ahogarse en un remolino de repeticiones y auto-critica.