Sí de neo-soul hablamos, una propuesta que no puede pasarse por alto es, sin lugar a dudas Backroom, del dueto filipino estadounidense Mak Ro. Con sede en la ciudad de Memphis, la tradición del lugar de origen sin duda ha hecho su trabajo, Las voces y el acompañamiento minimalista son el sello característico del tema, ausente de estruendo y sutil en la realización.
La voz de Kristoffer Ruaro es el verdadero motor aquí. La forma en la que va susurrando las estrofas, como hablar al oído, nos da una sensación de escuchar hablas a un fraternal amigo. Frases como "come my way" marcan el sentido total del tema, como ese secreto en voz baja que no puedes sacarte de la cabeza. Lo más interesante de Backroom es cómo Mak Ro juega con las emociones: es romántica, pero no empalagosa; sensual, pero nunca explícita. La química entre Eric y Kristoffer brilla aquí, recordándonos que esta música no solo es arte, sino una extensión de su identidad y conexión fraterna, como primos que son.